El estalinismo, en su momento de máximo apogeo, sabía que, para completar su dominio mundial, debía reclutar un ejército clandestino, capaz de librar con éxito el combate en el frente de la propaganda. Para ello, desde principios de los años treinta, los dirigentes soviéticos confiaron a un hombre en la sombra, Willi Münzenberg, la tarea de orquestar -de Londres a París, de Hollywood a Berlín- una campaña de manipulación sin precedentes a favor de la Unión Soviética y el sueño comunista. Es precisamente este capítulo oscuro de la historia del siglo XX el que Stephen Koch explora en este libro magistral en el que los intelectuales se convierten en espías y los espías en agitadores de ideas. De Gide a Hemingway, de Dorothy Parker a Bertolt Brecht, de Dos Passos a Malraux y Aragon, fueron muchos los intelectuales que Münzenberg reclutó, en un sistema que funcionó hasta la década de los sesenta con una eficacia extraordinaria. ¿Eran idealistas naifs? ¿O estaban convencidos de que el comunismo era el futuro de la humanidad? Traiciones, delaciones, procesos manipulados e incluso asesinatos jalonan este aspecto poc